BOEING 777-200
Por mi trabajo de esclavo del periodismo. como periodista itinerante, tengo 18 pasaportes vencidos o llenos y dos oficiales. Toda una biblioteca de recuerdos, y uno actual vigente. He volado en innumerables Boeing 777-200.
Es cómodo, espacioso, más rápido y silencioso que otros aviones comerciales de itinerarios.
Una sola vez tuve (tuvimos, porque no estaba solo) un incidente. Viajábamos a Managua cuando el huracán Mitch se presentó en el sur de Nicaragua. Y tuvimos que aterrizar en un aeropuerto abandonado, sin servicios de escalera, radio, balizaje, empleados ni nada; en el norte de Costa Rica, casi frontera con Nicaragua.
Un sobrecargo muy agilito salto del avión a tierra acompañado de un joven pasajero atleta. Entre los dos trajeron al avión una escalera de construcción.
Llovía fuerte pero, el calor dentro del avión con las turbinas apagadas era insoportable. La mayoría bajamos por la escalera casi vertical y nos sentamos en la pista debajo del ala izquierda.
El piloto, por medio de un sistema de comunicación externo, en un maletín de aluminio, un radio HF Racal. El sobrecargo y yo extendimos la antena dipolo a la frecuencia correcta y el piloto se comunicó, difícilmente, con Managua para avisar que estábamos bien y que continuaríamos viaje cuando amaine la lluvia.
Cuando el piloto nos informó, a los que estábamos bajo el ala, que habíamos evadido con las justas un huracán (que fue históricamente causa de un gran desastre en Nicaragua. Los habitantes, luego fueron socorridos por militares nicas y rescatistas de todas partes del mundo; mayormente europeos).
En un momento de nuestra espera, me acerqué al piloto y le dije: “de buena nos hemos salvado”. El bromista piloto me contestó: “no se preocupe, este avión nunca se ha caído”. Los aviones no se caen dos veces.
Pasó el huracán y se convirtió en tormenta tropical. El viento era tan fuerte que la lluvia caía en paralelo debajo del ala. Terminamos todos empapados. Los que estábamos en tierra por la lluvia y los que se quedaron en el avión, por la transpiración.
Seis horas más tarde, la lluvia era leve; subimos al avión y empujamos la escalera y partimos al aeropuerto Sandino en Managua, no sin antes hacer muchas maniobras porque, sepan ustedes, los aviones no tienen retroceso y las llantas, con el peso, se pueden malograr si pasan por encima de una escalera “hechiza” con mederos de encofrados.
A LO QUE VOY: Pondré un ejemplo sencillo y reciente. ¿Recuerdan ustedes cuando dos policías hicieron “rapel” (bajar por una soga9 desde un helicóptero en el Vrae (Vraem, ahora)? El helicóptero tuvo que abandonarlos porque los malditos terrucos estaban disparando agazapados en el monte- ¿Recuerdan?
Uno de los policías herido, murió a los pocos días y el otro continuo caminando rio abajo (para los citadinos, si uno se encuentra en medio de la selva y quiere llegar a un rio, lo único que tiene que hacer es seguir los riachuelos rio abajo. Tarde o temprano llegarán a algún rio o lugar donde puedan ser rescatados).
El Estado Peruano gastó decenas de miles de dólares en horas de vuelo, combustible (kerosene JP-5, no gasolina) y en el descuido de otras misiones y, no pudieron encontrar el cadáver del policía muerto. Sin embargo su papa, solo a pie, sin armas y con la indicación de algunos campesinos locales, encontró el cadáver descompuesto de su hijo y lo regresó al hombro hasta el primer cuartel (tomo días, pero lo hizo. El amor es poderoso).
EN EL CASO DEL BOEING 777-200 había innumerables portavoces para la desesperación de las familias. Todos tratando de dar noticias alentadoras de lo que obviamente era un desastre aéreo.
La compañía aérea de Malasia, los chinos, el Estado Americano, coreano, australiano y hasta la misma Boeing. Muchos "portavoces" son demasiados. Es suficiente uno, que mantenga una línea de información con los familiares y amigos.
Todos los informes contradictorios para las familias, amigos y para los que nos importa.
En los canales de televisión americanos, casi no había un momento en el que nos informaran de otras cosas importantes (Rusia, Crimea y Ucrania, por ejemplo). La morbosidad trae más “rating”.
Hubiese bastado en que todos los investigadores y elucubradores den sus investigaciones e invenciones a un solo portavoz, que podría ser la compañía aérea o el Gobierno Malasio (desde Sandokán, ya no se dice “Malayo”).
Los intereses en los “ratings” y circulación de medios escritos, hasta de magos, brujas y alienígenas han publicado rumores, con cero respeto a las víctimas, sus familias y amigos.
Por mi trabajo de esclavo del periodismo. como periodista itinerante, tengo 18 pasaportes vencidos o llenos y dos oficiales. Toda una biblioteca de recuerdos, y uno actual vigente. He volado en innumerables Boeing 777-200.
Es cómodo, espacioso, más rápido y silencioso que otros aviones comerciales de itinerarios.
Una sola vez tuve (tuvimos, porque no estaba solo) un incidente. Viajábamos a Managua cuando el huracán Mitch se presentó en el sur de Nicaragua. Y tuvimos que aterrizar en un aeropuerto abandonado, sin servicios de escalera, radio, balizaje, empleados ni nada; en el norte de Costa Rica, casi frontera con Nicaragua.
Un sobrecargo muy agilito salto del avión a tierra acompañado de un joven pasajero atleta. Entre los dos trajeron al avión una escalera de construcción.
Llovía fuerte pero, el calor dentro del avión con las turbinas apagadas era insoportable. La mayoría bajamos por la escalera casi vertical y nos sentamos en la pista debajo del ala izquierda.
El piloto, por medio de un sistema de comunicación externo, en un maletín de aluminio, un radio HF Racal. El sobrecargo y yo extendimos la antena dipolo a la frecuencia correcta y el piloto se comunicó, difícilmente, con Managua para avisar que estábamos bien y que continuaríamos viaje cuando amaine la lluvia.
Cuando el piloto nos informó, a los que estábamos bajo el ala, que habíamos evadido con las justas un huracán (que fue históricamente causa de un gran desastre en Nicaragua. Los habitantes, luego fueron socorridos por militares nicas y rescatistas de todas partes del mundo; mayormente europeos).
En un momento de nuestra espera, me acerqué al piloto y le dije: “de buena nos hemos salvado”. El bromista piloto me contestó: “no se preocupe, este avión nunca se ha caído”. Los aviones no se caen dos veces.
Pasó el huracán y se convirtió en tormenta tropical. El viento era tan fuerte que la lluvia caía en paralelo debajo del ala. Terminamos todos empapados. Los que estábamos en tierra por la lluvia y los que se quedaron en el avión, por la transpiración.
Seis horas más tarde, la lluvia era leve; subimos al avión y empujamos la escalera y partimos al aeropuerto Sandino en Managua, no sin antes hacer muchas maniobras porque, sepan ustedes, los aviones no tienen retroceso y las llantas, con el peso, se pueden malograr si pasan por encima de una escalera “hechiza” con mederos de encofrados.
A LO QUE VOY: Pondré un ejemplo sencillo y reciente. ¿Recuerdan ustedes cuando dos policías hicieron “rapel” (bajar por una soga9 desde un helicóptero en el Vrae (Vraem, ahora)? El helicóptero tuvo que abandonarlos porque los malditos terrucos estaban disparando agazapados en el monte- ¿Recuerdan?
Uno de los policías herido, murió a los pocos días y el otro continuo caminando rio abajo (para los citadinos, si uno se encuentra en medio de la selva y quiere llegar a un rio, lo único que tiene que hacer es seguir los riachuelos rio abajo. Tarde o temprano llegarán a algún rio o lugar donde puedan ser rescatados).
El Estado Peruano gastó decenas de miles de dólares en horas de vuelo, combustible (kerosene JP-5, no gasolina) y en el descuido de otras misiones y, no pudieron encontrar el cadáver del policía muerto. Sin embargo su papa, solo a pie, sin armas y con la indicación de algunos campesinos locales, encontró el cadáver descompuesto de su hijo y lo regresó al hombro hasta el primer cuartel (tomo días, pero lo hizo. El amor es poderoso).
EN EL CASO DEL BOEING 777-200 había innumerables portavoces para la desesperación de las familias. Todos tratando de dar noticias alentadoras de lo que obviamente era un desastre aéreo.
La compañía aérea de Malasia, los chinos, el Estado Americano, coreano, australiano y hasta la misma Boeing. Muchos "portavoces" son demasiados. Es suficiente uno, que mantenga una línea de información con los familiares y amigos.
Todos los informes contradictorios para las familias, amigos y para los que nos importa.
En los canales de televisión americanos, casi no había un momento en el que nos informaran de otras cosas importantes (Rusia, Crimea y Ucrania, por ejemplo). La morbosidad trae más “rating”.
Hubiese bastado en que todos los investigadores y elucubradores den sus investigaciones e invenciones a un solo portavoz, que podría ser la compañía aérea o el Gobierno Malasio (desde Sandokán, ya no se dice “Malayo”).
Los intereses en los “ratings” y circulación de medios escritos, hasta de magos, brujas y alienígenas han publicado rumores, con cero respeto a las víctimas, sus familias y amigos.
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