Hace unos días, estacioné al costado del Mercado de Surquillo con la intención de comprar naranjas. Enseguida se acercó una caserita a ofrecerme un libro pirata, cuyo original fue editado por un novelista peruano. Ya había leído ese libro (no diré, redactado ¿por quién? porque es mi amigo).
El libro es pésimo, difícil de leer y muy denso. Pensé, para "mis forros”, ¿Quién puede estar interesado en piratear un libro tan malo?
Pensando, pensando, de repente me entró una sospecha (que necesitaba confirmar). Deduje que el único que podría estar interesado en “copiar” semejante mamarracho, tenía que ser el mismo autor. El ser pirateado es un galardón en el país.
Luego de una, más o menos, costosa investigación llegué a la imprenta (o editorial) que imprimía informalmente el librejo, en el Centro de Lima. En un jirón al final de la Avenida Tacna, donde hay decenas de impresores en los sucuchos de una casona vieja. Allí imprimen de todo; desde tarjetas de presentación, facturas, folletos, insertos, libros originales y pirateados.
No sólo se les piratea a los escritores, también a los pintores, escultores, arquitectos (en Miraflores, en la Avenida Arequipa hay una casa “mini-plagio” de palacio de gobierno -horror de horrores-).
No olvidemos los proyectos de ley plagiados de otros países, por algunos, pocos honorables congresistas, que los presentan como propios (y que no saben, que con la magia de las comunicaciones, pueden ser descubiertos, tarde o temprano. Más temprano que tarde).
Hace muy poco, invité a dos alumnos de fotografía a acompañarme en el estudio a experimentar las dificultades de trabajar en un estudio profesional.
Grande fue mi sorpresa al abrir mi Facebook, y encontrar fotografías, tomadas en mi estudio por uno (o más) de mis alumnos, del modelo que estoy promocionando.
Los alumnos y el modelo, no parecieron entender lo que es “quemar” en el arte fotografico, la redacción (que también es un arte), y el arte clásico. ¡Aprenderán!
El libro es pésimo, difícil de leer y muy denso. Pensé, para "mis forros”, ¿Quién puede estar interesado en piratear un libro tan malo?
Pensando, pensando, de repente me entró una sospecha (que necesitaba confirmar). Deduje que el único que podría estar interesado en “copiar” semejante mamarracho, tenía que ser el mismo autor. El ser pirateado es un galardón en el país.
Luego de una, más o menos, costosa investigación llegué a la imprenta (o editorial) que imprimía informalmente el librejo, en el Centro de Lima. En un jirón al final de la Avenida Tacna, donde hay decenas de impresores en los sucuchos de una casona vieja. Allí imprimen de todo; desde tarjetas de presentación, facturas, folletos, insertos, libros originales y pirateados.
No sólo se les piratea a los escritores, también a los pintores, escultores, arquitectos (en Miraflores, en la Avenida Arequipa hay una casa “mini-plagio” de palacio de gobierno -horror de horrores-).
No olvidemos los proyectos de ley plagiados de otros países, por algunos, pocos honorables congresistas, que los presentan como propios (y que no saben, que con la magia de las comunicaciones, pueden ser descubiertos, tarde o temprano. Más temprano que tarde).
Hace muy poco, invité a dos alumnos de fotografía a acompañarme en el estudio a experimentar las dificultades de trabajar en un estudio profesional.
Grande fue mi sorpresa al abrir mi Facebook, y encontrar fotografías, tomadas en mi estudio por uno (o más) de mis alumnos, del modelo que estoy promocionando.
Los alumnos y el modelo, no parecieron entender lo que es “quemar” en el arte fotografico, la redacción (que también es un arte), y el arte clásico. ¡Aprenderán!
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